Gastronomía casera.

 

Cerveza artesanal COFRADÍA. 


Cafetería.


¿Qué degustamos, ahora, antes o después del espectáculo? 


Empanadas de carne picada con mucho relleno, algo para apreciar y agradecer porque la viveza criolla infla el hojaldre, éstas valen a partir de su apariencia y luego al saborearlas. El jamón/queso es real en las que llevan ese nombre, las de verdura se sazonan a huerta y vegetales frescos. Las septimianas valen por su propio peso, y tamaño.


La misma consideración merece una pizza a la piedra diferente, fina, chata, con la crocantez (¿se diráasí?) del pan caliente, el aroma del queso y el tomate, la lluvia verde del orégano, la aceituna a punto.

Nadie nos sacará el placer de una cena elemental de viernes o sábado, regada con una lata de cerveza helada. Tal vez no necesitemos nada más para vivir en estos tiempos de dolor y desencuentro. La gente de teatro, que conoce su destino de sacrificio, puso manos en la masa y nos sigue brindando un servicio maravilloso. No tiene la magia del apagón y las luces, el maquillaje y el disfraz, el texto de memoria y el sudor. Pero tiene algo que no resignan y tampoco queremos resignar nosotros: la dignidad del aplauso.